En Chile, el RUT es como una llave maestra. Lo usamos para comprar, votar, recibir atención médica, abrir cuentas bancarias, pedir créditos, inscribirnos en plataformas digitales y hasta para acumular puntos en el supermercado. Pero esa misma omnipresencia lo convierte en un blanco fácil. Si alguien accede a tu RUT y lo cruza con otros datos, puede abrir la puerta a fraudes, suplantaciones de identidad y pérdidas económicas que no siempre se resuelven con una simple denuncia.
Por qué el RUT se ha vuelto tan vulnerable
El Rol Único Tributario (RUT) fue creado como un identificador fiscal, pero con el tiempo se convirtió en el número de identidad más usado en Chile. Hoy, tanto el Registro Civil como el Servicio de Impuestos Internos lo gestionan, y su uso se ha extendido a casi todos los ámbitos de la vida cotidiana.
El problema no es el RUT en sí, sino cómo se ha normalizado su entrega. Lo damos en la caja del supermercado, en redes sociales, en formularios online, en apps de delivery. Y muchas veces, sin saber quién lo recibe ni qué hará con él.
Un estudio de la Comisión para el Mercado Financiero reveló que más del 60% de los fraudes financieros en Chile involucran algún tipo de suplantación de identidad. Y el RUT es el dato base para construir esa suplantación.
Cómo operan los fraudes digitales en Chile
Los ciberdelincuentes no necesitan hackear sistemas complejos para robar información. Basta con aplicar técnicas de ingeniería social: revisar tus redes, enviarte un correo falso, llamarte fingiendo ser del banco o pedirte un código por WhatsApp. En ese contexto, el RUT funciona como una ficha clave para completar el rompecabezas.
Algunos fraudes comunes incluyen:
- Suplantación en créditos rápidos: con tu RUT y nombre, pueden solicitar préstamos en plataformas que no verifican identidad de forma robusta.
- Acceso a cuentas bancarias: si el RUT se combina con claves débiles o datos filtrados, se puede acceder a tus cuentas.
- Estafas por WhatsApp: delincuentes se hacen pasar por familiares usando tu número y RUT para ganar confianza.
- Boletas falsas: algunas tiendas emiten boletas con tu RUT sin tu consentimiento, lo que puede usarse para construir perfiles de consumo.
Qué dice la ley sobre el uso del RUT
En Chile, no existe una ley de protección de datos personales con estándares internacionales. El proyecto que busca crear una Agencia de Protección de Datos lleva años en discusión, y mientras tanto, muchas empresas usan el RUT sin informar al usuario ni pedir consentimiento explícito.
El artículo 19 N°4 de la Constitución garantiza el derecho a la vida privada, pero su aplicación en el mundo digital es limitada. La Ley N°19.628 sobre protección de la vida privada regula el tratamiento de datos, pero no contempla sanciones proporcionales ni mecanismos de fiscalización efectivos.
Cómo proteger tu RUT en la práctica
No se trata de esconderse, sino de aprender a moverse con cuidado. Aquí van algunas recomendaciones concretas:
- No entregues tu RUT en redes sociales ni formularios que no sean oficiales. Si una tienda lo pide para emitir una boleta, puedes negarte o pedir que no lo usen para fines comerciales.
- Activa la verificación en dos pasos en tus cuentas bancarias y plataformas digitales. Esto impide que alguien acceda solo con tu RUT y contraseña.
- Revisa tu historial en Equifax/Dicom para detectar movimientos sospechosos. Puedes hacerlo gratis una vez al año.
- Evita compartir fotos de tu cédula de identidad. Aunque parezca obvio, muchos lo hacen al inscribirse en concursos o promociones.
- Usa contraseñas únicas y complejas. No repitas claves entre tu correo, banco y redes sociales.
- Desconfía de llamadas o mensajes que pidan tu RUT o códigos de verificación. Ninguna empresa seria lo hará por WhatsApp.
Herramientas tecnológicas que ayudan a prevenir fraudes
La ciberseguridad no es solo cosa de expertos. Hoy existen soluciones accesibles para cualquier persona que quiera proteger su información:
Herramienta | Función principal | Dónde conseguirla |
---|---|---|
Autenticación biométrica | Verifica identidad con huella o rostro | Bancos, apps móviles |
Antivirus con protección web | Bloquea sitios falsos y malware | Norton, Kaspersky, Bitdefender |
VPN (Red privada virtual) | Oculta tu IP y navegación | ExpressVPN, NordVPN |
Monitoreo de identidad | Detecta uso indebido de tu RUT | Equifax, TransUnion |
ClaveÚnica | Acceso seguro a servicios del Estado | claveunica.gob.cl |
Estas herramientas no son infalibles, pero sí marcan una diferencia. Como dijo Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador del CISAN, “la ciberseguridad parte del nivel individual. Un solo descuido puede vulnerar no solo datos personales, sino infraestructuras completas”.
¿Qué hacer si ya fuiste víctima de fraude?
Lo primero es no quedarse paralizado. Si crees que alguien está usando tu RUT sin autorización, puedes:
- Bloquear tus cuentas bancarias y cambiar todas tus contraseñas.
- Denunciar el hecho en Fiscalía o en la Policía de Investigaciones.
- Solicitar un informe en Equifax para verificar si hay créditos o movimientos que no reconoces.
- Contactar a la CMF si el fraude involucra instituciones financieras.
En algunos casos, también puedes pedir la rectificación de datos ante el Servicio de Registro Civil, especialmente si se ha usado tu RUT para trámites falsos.
¿Cómo se vive el fraude digital en Chile?
“Me llamaron diciendo que era del banco, me pidieron el RUT y un código que me llegó por mensaje. En cinco minutos, habían vaciado mi cuenta”, cuenta Rodrigo, un técnico de Santiago. “Nunca pensé que con solo esos datos pudieran hacer tanto daño”.
Historias como la de Rodrigo se repiten cada vez más. Y no se trata solo de adultos mayores o personas sin conocimientos digitales. Los fraudes apuntan a todos, porque todos usamos el RUT para casi todo.
¿Hacia dónde va la protección de datos en Chile?
El futuro es incierto, pero hay señales de avance. El proyecto de ley que busca crear una Agencia de Protección de Datos incluye sanciones, fiscalización y derechos como el acceso, rectificación y eliminación de datos personales. Si se aprueba, Chile podría alinearse con estándares como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de Europa.